El golpe de 1930 permitió que las elites conservadoras recuperaran el control del Estado. Entre 1931 y 1943 organizan elecciones que controlaban mediante la proscripción del radicalismo (principal fuerza de oposición) o simplemente apelando al fraude. La contradicción entre el discurso democrático y la práctica fraudulenta del régimen alimentó a la oposición. No sólo se opusieron los radicales, socialistas y demócratas progresistas, sino también los nacionalistas. El estallido de la Segunda Guerra Mundial llevó a su extremo las posiciones ideológicas y complicó aún más la situación del régimen, hasta que el 4 de junio de 1943 sufren un golpe de Estado.
El doble discurso llevado a cabo durante la “Década Infame” por los que detentaban el poder provocará la falta de credibilidad del régimen, creando un vacío de poder legítimo. La crisis de participación se vio reflejada sobre todo en los primeros años de la etapa por temor a la represión, censura y tortura. Se abría un período de autoritarismo en el país enmascarada tras el fraude electoral, el “fraude patriótico”.
Por otra parte el período estuvo marcado por el impacto de la situación internacional. La etapa comienza con la Gran Depresión y finaliza con los desajustes económicos marcados por la Segunda Guerra Mundial. El Estado, al igual que la mayoría de los países capitalistas, toman medidas proteccionistas para impedir la expansión de la crisis dentro de sus fronteras.
En el caso de la Argentina, el Estado se involucró para controlar la producción y los precios de las materias primas de exportación creando las Juntas Reguladoras. Pero presionado por la oligarquía, el Estado decide firmar, en 1933, el Tratado Roca Runciman para asegurar el mercado inglés para las carnes argentinas, sobre todo luego que Reino Unido organizara un acuerdo con sus colonias en la Conferencia de Ottawa en 1932. El acuerdo firmado fue sumamente criticado por ser considerado una negociación que profundiza la dependencia económica.
En forma paralela, el impacto de la crisis económica favoreció que se profundizara el proceso de industrialización por sustitución de importaciones. Si bien el Estado no lo planificó, tampoco lo impidió ya que estableció barreras proteccionistas frente a las importaciones de productos manufacturados. En general crecen las industrias livianas, pero comienzan a llegar al país filiales de empresas extranjeras, fundamentalmente de origen inglés, norteamericano y alemana.
Sin embargo, el ala nacionalista del ejército impulsó una política industrialista para lograr independencia económica, sobre todo ante el clima de guerra.
Pero no hay que olvidar que el impacto de la crisis provocará un período de inflación y desempleo que impactará sobre los sectores populares.
El siguiente diagrama esquematiza las características de los gobiernos Conservadores:
No hay comentarios:
Publicar un comentario