Como ya hemos señalado la
experiencia de la Gran Guerra derivó en la crisis de muchas de las convicciones
que había permitido el funcionamiento de las democracias liberales del siglo
XIX.
Así, contra la deliberación
racional y el control entre los poderes del estado, que eran la razón de ser de
los parlamentos de las democracias occidentales, se postuló ideas vitalistas
que exaltaban liderazgos fuertes y autoritarios, capaces de pasar a la acción
sin mayores limitaciones. De esta crítica a la institución parlamentaria, se
pasaba muy fácilmente a la crítica sobre el accionar de los partidos políticos
y del propio mecanismo electoral.
Fue justamente en Italia donde se
difundieron estas ideas. Allí grupos de excombatientes criticaban la pasividad
de la dirigencia liberal frente a los partidos de izquierda como el socialismo,
comunismo y el anarquismo, y para manifestar su oposición organizaron grupos
paramilitares para atacar los locales de estos partidos de izquierda o bien,
para combatir a los huelguistas. También denunciaban al gobierno por los
escasos beneficios que había obtenido Italia con los tratados de paz firmados
al finalizar la Primera Guerra Mundial. Benito Mussolini (1883-1945) era
el líder de uno de estos grupos de choque armado, los fasci di combattimento
creados en 1919, de cual nacerá el Partido Fascista, que muy pronto
contó con el apoyo de industriales y terratenientes que elogiaban sus acciones
contra los grupos comunistas.
En 1922 Mussolini planifica la
toma del poder mediante una marcha de las milicias fascistas sobre la ciudad de
Roma. Esta se realizó en octubre y no fue muy importante, pero Mussolini fue
llamado a formar parte del gobierno con el cargo de primer ministro.
Si bien el fascismo llegó al poder
por un camino legal, rápidamente comenzó a construir un régimen autoritario
mediante el ataque y proscripción de sus opositores. De este modo, para 1925
Mussolini acaparó la totalidad del poder y organizó el Estado según sus propias
concepciones. En contraste a la sociedad liberal burguesa capitalista, basada
en el individuo, Mussolini pensaba que la sociedad debía organizarse en grandes
sectores sociales o corporaciones, y estas corporaciones debían estar
representadas en instituciones de gobierno. Por esa razón, creó el Consejo
Nacional de Corporaciones que, junto con el Gran Consejo Fascista, gobernaba
Italia bajo la autoridad indiscutible del Duce o conductor (el mismo
Mussolini).
Según la ideología fascista se
acepta que la sociedad era naturalmente desigual (dividida entre obreros y
patrones), pero no se reconocía que entre estos sectores pudiese haber
conflictos pues el Estado era el garante que lograría la armonía de clases con
un rol protagónico, pues eran la élite que podía alcanzar, a través del
control, satisfacer las necesidades y demanda de cada corporación. El fascismo
no dudó en movilizar a las masas a su favor. Para garantizar su adhesión tomó una
serie de medidas que iban desde la proscripción de los partidos políticos como
la depuración del propio Partido Fascista donde eran expulsado todo aquel
elemento que no reconociera al Duce como único líder. Además usó las
manifestaciones y movilizaciones a su favor.
Durante el gobierno de los
fascistas eran habituales las grandes manifestaciones coronadas con algún
discurso de Mussolini donde resaltaba la necesidad de la unidad entre el pueblo
italiano y su líder. El régimen fascista también usó la educación y los medios
de comunicación y propaganda para impulsar los ideales guerreros y militaristas
del fascismo. Estos ideales eran una prolongación del ímpetu expansionista del
antiguo Imperio Romano. En 1935 Mussolini comenzó su política expansionista al invadir
a Abisinia en África oriental. En el plano económico el régimen de Mussolini no
introdujo grandes variantes. A pesar de todas sus expresiones nacionalistas,
siguió permitiendo el sistema capitalista y el librecomercio.
El siguiente esquema presenta las características de los gobiernos totalitarios de orientación de derecha nacidas luego de la Primera Guerra Mundial.
En el siguiente video vemos un discurso dado por Mussolini. Si bien esta en italiano el objetivo es que vean la puesta en escena que hace el Duce para manejar a la multitud, y quizas comprendan algo del discurso nacionalista que esta dando en Roma.
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